Todo lo que generamos y nos hace lo que somos, es susceptible de convertirse en contenido, que tenga o no valor es un asunto diferente
Como cualquier proceso subjetivo, el contenido por sí solo no vale nada. Requiere de un contexto que le dé sentido y la capacidad que tengamos de exponer un valor agregado.
Es muy difícil que uno mismo pueda ver el valor de las cosas que hace, pues al estar inmerso en ellas se pierde la perspectiva. “Un pez no puede ver el océano” reza un proverbio zen, que ilustra perfectamente el punto. El contenido es un “vehículo” para el valor-de la forma como logremos ser pertinentes- dependerá de qué tan apreciados o no nuestros contenidos lleguen a ser.
Todo lo que generamos y nos hace lo que somos, es susceptible de convertirse en contenido, que tenga o no valor es un asunto diferente.
- El primer paso para tener un contenido de calidad, por el cual alguien quiera pagar, es generarlo. Parece una “perogrullada” pero no lo es. Que alguien se tome el trabajo de crear algo que pueda ser compartido no es tan fácil de lograr.
- Un amigo escritor llamado Hugo Chaparro me dijo alguna vez, que él, todos los días, escribía algo, y lo hacía de forma metódica y disciplinada. De forma que siempre tiene material que revisar, del cual salen los libros, libretos, artículos y charlas, por las cuales es conocido.
- Pero los contenidos no solo se escriben, además se escuchan, se ven, se comen…en esencia se experimentan.
- Este es un punto importante a tener en cuenta, sobre todo en el mundo “multimedia”, “transmedia” y “crossmedia”, en el que vivimos. Hoy lo que nos impactan son los “metarrelatos”, aquellos que nos llegan de diferentes formas y ángulos al mismo tiempo, como la luz cambiante que nos refleja un diamante pulido.
- Cuando se ha comenzado a generar contenido, lo segundo es organizarlo y clasificarlo, pues una biblioteca sin orden es una pila de libros y no sirve para nada.
Existen muchas formas de organizar contenido hoy día, tanto aplicaciones en computadores como Apps que permiten manejarlos desde cualquier dispositivo. Lo más importante es definir lo que se quiere compartir y qué modelo de negocio se va a seguir. - Ahora, mi recomendación es que inicialmente se ofrezca material abierto al público, que genere retroalimentación. Lograr que las personas reaccionen al contenido y opinen. Una vez logrado este objetivo, es clave ponerlo de la forma más sencilla y eficiente disposición del público.
- Si eres fotógrafo, puedes entrar a varias aplicaciones que comparten este tipo de contenido e incluso venderlo. Si eres músico puedes usar desde itunes hasta cosas más underground. Si eres chef existen formas de compartir tus recetas.
- Finalemente, a medida que los contenidos se van “apreciando”, es importante que estemos en capacidad de generar más y mejores de los mismos. Hay que recordar que gracias a las plataformas actuales nuestro contenido es global, así que nuestra competencia también lo es.
Los invito a que comiencen a revisar su “océano” diario. Vean cuál puede ser el “contenido relevante” para los demás y comiencen a generarlo y compartirlo sin miedo. Lo peor que puede pasar es que aprendan algo nuevo y conecten con personas que no conocían.