Va usted caminó a su casa y recuerda que debe comprar algo, así que decide que se desviará al supermercado más cercano.
Sigue usted metido en sus pensamientos y de pronto se da cuenta que ya está usted en su casa... fue usted víctima de una de las fuerzas más destructivas y complicadas que existen, la ‘fuerza de la costumbre'.

Esta fuerza nace de la necesidad que todos tenemos de sentirnos seguros, de tener algo conocido de que aferrarnos.
En la naturaleza no existe nada inmutable, existen los ciclos...pero nada es inmutable, las cosas mutan y es importante entenderlo.
Hoy vivo en un mundo cuyos puntos de referencia se desdibujan, es necesario ser capaz de navegar por las nuevas estrellas, entender cómo orientarse con los nuevos vientos, sin temer el hecho de ver horizontes desconocidos.

El problema con la ‘fuerza de la costumbre' es que nos ‘pega' a los comportamientos usuales, nos ‘atrapa' de forma tan hábil, que nos hace creer que somos ‘libres' y que nada nos constriñe.

Para liberarnos de esa ‘prisión invisible' lo más importante es hacer visible eso que es invisible, debemos descolocarnos y hacer obvio como nos repetimos y cómo respondemos a los retos siempre de la misma forma; debemos ser capaces de escuchar otros puntos de vista y darle valor a las soluciones que otros han encontrado.
El líder de hoy debe ser aquel que más dialoga y escucha. Los monologantes se están ahogando en su propia angustia, las cosas sí están cambiando pero, como todo en la naturaleza, el secreto es entender los ciclos y cómo nos mueven.

Hoy vivimos en el mar de la incertidumbre, y en vez de buscar un poste de donde agarrarnos, debemos buscar una tabla de surf para ‘montarla' y avanzar en ella.

 

Pedro Colmenares