En una conferencia que di en el 2014 sobre “Gobierno Abierto para la competitividad de los países” , comparaba el mapa de los países según su índice de transparencia y el de los países según su índice de desarrollo. Se hacía más que evidente que los dos se parecían mucho.

El asunto no es casual, cuando las políticas de un país son “abiertas” y promueven la transparencia, la economía tiende a mejorar.

Desde hace muchos años soy activista de la “cultura abierta” , de conceptos como el “gobierno abierto” o la “tecnología de código abierto”. La razón es muy clara, cuando las ideas fluyen de forma libre, se conectan y crecen.

En mis columnas intento compartir puntos de vista que ilustren nuevas posibilidades, posibles futuros, opciones para hacer las cosas de otra manera. Lo más importante es recalcar que no son ideas “impracticables”;  en mis notas hablo de proceso o proyectos que ya se están realizando, incluso comparto algunos en los que yo personalmente participo, y en los cuales se ponen en práctica esas ideas.

Parte de la razón por la cual se ha podido avanzar tan rápidamente en la creación de una vacuna para el covid-19, reside en el hecho que el mapeo de su genoma se realizó de manera abierta, por toda una comunidad de científicos a nivel mundial.

 Creo que la apuesta por un esquema de desarrollo basado en la “cultura abierta”, sería lo más sensato en el momento en el que vivimos. Necesitamos crear conocimiento entre todos y poder usarlo de manera rápida y efectiva.

Creo que la herramienta más sencilla para poder apreciar los cambios que esta cultura puede generar, es en el “gobierno abierto”. Si nos comprometemos con herramientas como los “datos abiertos”, la “veeduría ciudadana”, el “hacktivismo”, la “innovación social”, podremos lograr que los esquemas que nos gobiernan, sean más ágiles, transparentes y participativos.

Además tal como dije al principio, entre más “abiertos”, más desarrollados. Los capitales legales y buenos para la economía, llegan más fácil sin corrupción, si la competencia es justa y sin “trampas” para los nuevos jugadores, mejor desempeño tendrá el ecosistema empresarial. Entre menos “apertura y transparencia” exista en el mercado, tendremos  menos competencia, lo que conlleva una menor innovación.

Invito pues a que pensemos ser más “abiertos” , la apertura trae aire fresco, lo cerrado tiende a estancarse, y el estancamiento no nos sirve para nada, menos en estos momentos.

 

Pedro Colmenares