Quienes me conocen saben que uno de los campos en los que he trabajado, en el mundo del emprendimiento.
Mi nombre ha estado detrás de esfuerzos relacionados con ese tema desde hace más de 20 años.
Periódicamente me preguntan o entrevistan sobre el tema, he sido partícipe de cada nuevo proceso de diagnóstico que inicia sobre el tema. En una de mis notas anteriores comente que siento que el país está “sobrediagnosticado”, tengo una colección de informes y estudios que trabajan el tema.
Hoy decidí resumir en pocas palabras, lo que mi experiencia me indica sobre los problemas en esta área.
Hay dos tipos de emprendimientos, el que llaman de “bajo impacto” , que son esas personas que venden productos, o arrancan un pequeño negocio de comidas, o pequeña empresa de servicios. A este tipo de emprendimiento también le dicen a veces “autoempleo” y en la mayoría de los países, es responsable de mucho del empleo local.
Para que a esta gente le vaya bien, necesita mercado que compre local, gente con dinero para gastar, lo cual la conecta directamente con la percepción económica del “ciudadano de a pie”.
Luego están los emprendimientos llamados “de alto impacto”, esos que necesitan inversión para crecer, que aumentan de forma exponencial y que salen en las noticias y las películas.
Para que existan este tipo de emprendimientos, se necesita un ecosistema complejo, donde las universidades crean investigación y ciencia, los emprendedores crean soluciones con potencial para mercados de valor, los inversionistas entienden que deben sumarles valor, no sacarlos o “comprarlos” y los fondos tienen reglas claras y esquemas para escalar esos proyectos.
Hay un concepto que clave que muchos inversionistas no tienen claro, este tipo de emprendimientos generar mucho de su dinero por “valoración”, mejor dicho si como inversionista compró una acción a 1 dólar, si logro que en 2 años, la acción valga 10 o 100 dólares, habre realizado una inversión genial. La mayoría de los empresarios de Panamá quieren “efectivo”, quieren empezar a recibir plata a los 90 días de poner la inversión. Asi las cosas en lo único que podrían invertir seria una peluquería o una tienda exitosa. Es imposible crear productos complejos, que realmente puedan incursionar con éxito en otros mercados más complejos.
Necesitamos capacitar a todos los actores del ecosistema, especialmente a los inversionistas, pero es muy complicado decirle a una persona con dinero, que tiene que estudiar.
El mejor ejemplo es el mercado del café, hace años era impensable que alguien pagara 8 dólares por una taza de café, a medida que todos los que participan de ese ecosistema se capacitan, pueden generar más valor a toda la cadena.
El reto de emprender, es pues estudiar. ¿ Seremos capaces ?, lo veremos.